Autor: Luis Alfredo Larrañaga
Es innegable que los organismos estatales se encuentran constantemente bajo el lente crítico de la opinión pública respecto a cómo manejan y optimizan sus recursos financieros. El escrutinio público sobre los gastos estatales es una constante, y en un contexto donde muchas veces los presupuestos son ajustados, surge la imperante necesidad de maximizar cada centavo invertido. Aquí es donde la IA se convierte en un aliado invaluable para la administración pública. Puede ayudar a identificar áreas de ineficiencia y proponer soluciones para obtener el máximo beneficio de cada recurso, optimizando de esta manera el muchas veces reducido presupuesto público.
A continuación, desglosamos algunas de las principales ventajas de la aplicación de la inteligencia artificial generativa en las organizaciones públicas y gubernamentales:
Mejora de la eficiencia en trámites administrativos: La inteligencia artificial, y en particular las técnicas de aprendizaje automático, tienen la capacidad de analizar volúmenes masivos de datos y discernir las prácticas óptimas para llevar a cabo tareas específicas. De esta manera, con la ingesta adecuada y sistemática de datos, las organizaciones públicas pueden tomar decisiones basadas en evidencia sólida y con ello optimizar procesos internos. Esta automatización basada en IA libera tiempo y recursos humanos, permitiendo un enfoque en asuntos más críticos o que necesiten una visión más humana. Esto significa que las organizaciones públicas pueden hacer más con menos, logrando una escalabilidad sin precedentes y una prestación de servicios más eficiente para los ciudadanos.
Además, al no depender de un horario de trabajo; esta tecnología puede operar 24/7 sin interrupciones, proporcionando un servicio de atención al cliente constante. Esta capacidad de disponibilidad continua mejora la percepción de su marca y la satisfacción de quienes interactúan con la empresa, contribuyendo a la fidelización del cliente.
El machine learning, con su capacidad de ingesta de datos en tiempo real, facilita decisiones basadas en datos actuales y relevantes. La disponibilidad de datos actualizados en tiempo real proporciona a las entidades gubernamentales acceso a información relevante de manera constante. Esta capacidad analítica conduce a decisiones más precisas e informadas, que benefician tanto a la organización como a los ciudadanos, permitiéndole además adaptarse de manera más efectiva a situaciones emergentes, crisis, o cambios en la demanda de servicios públicos.
La inteligencia artificial abre la puerta a la innovación en la forma en que se prestan los servicios públicos. Desde chatbots que atienden consultas de ciudadanos las 24 horas, procesamiento de solicitudes y trámites hasta sistemas predictivos o transporte inteligente, la IA está impulsando una renovación en la prestación de servicios públicos. Esto, además, se traduce en una sensación de modernidad ante la percepción de las instituciones públicas, que a menudo se consideran tradicionales o poco proclives a la innovación.
La naturaleza basada en datos de la IA reduce errores humanos, siempre que se garantice una correcta ingesta de información. Esta mejora en la precisión no solo optimiza la eficiencia de las operaciones, sino que también fortalece la confiabilidad de las decisiones tomadas, lo que resulta en un servicio público más confiable y eficaz, y la mejora en la percepción de los ciudadanos hacia la entidad que esto conlleva.
Con la capacidad de aprender de patrones de datos, la implementación de inteligencia artificial en el sector público no solo permite la personalización de servicios, sino que también ofrece una eficiencia sustancial en el proceso. A través de la capacidad de aprender de patrones de datos, las administraciones pueden adaptar sus servicios de manera única para cada individuo o grupo social. Esto elimina la necesidad de construir manualmente servicios a medida para diferentes segmentos de la población, un proceso costoso además de laborioso. En cambio, una única herramienta de inteligencia artificial puede adaptarse a las diversas necesidades de manera automática y eficiente. Este enfoque no solo optimiza los recursos financieros, sino que también agiliza la entrega de servicios, permitiendo que el gobierno sea más ágil y receptivo a las demandas de la sociedad.
El despliegue de la IA y tecnologías generativas en la esfera gubernamental abre las puertas a la evolución de ciudades inteligentes. Esta innovación permite la transformación de áreas urbanas en entornos sostenibles y altamente eficientes. La IA puede desempeñar un papel crucial en la gestión de recursos y deshechos, la planificación del tráfico, la administración de energía y la toma de decisiones basadas en datos en tiempo real. Además, al permitir una mayor automatización y optimización de procesos, las ciudades se vuelven más respetuosas con el medio ambiente y más agradables para sus habitantes. Esto no solo promueve la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también refuerza la visión de un gobierno moderno y comprometido con un futuro sostenible y la prosperidad de sus comunidades
En este emocionante viaje hacia un gobierno más eficiente y orientado a datos, no podemos pasar por alto las consideraciones éticas y de privacidad. La recopilación y el uso de datos a gran escala plantean desafíos relacionados con la protección de la información personal y la toma de decisiones algorítmicas justas. En este sentido, las organizaciones públicas se enfrentan al imperativo de garantizar la transparencia y la equidad en sus sistemas de IA, y tienen la obligación de desarrollar políticas sólidas para lograrlo.
Además, la inteligencia artificial está remodelando profundamente el paisaje de la administración pública. A medida que las organizaciones públicas continúan adoptando esta tecnología, es probable que veamos una transformación aún más profunda en la forma de prestar y gestionar servicios. La promesa de una mayor eficiencia y eficacia en la administración pública abre la puerta a una mayor satisfacción de los ciudadanos y a una mejora general en la calidad de vida de la comunidad.
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