Autor: Luis Alfredo Larrañaga
Esta decisión, lejos de ser solo técnica, impacta directamente en la privacidad, la innovación, el cumplimiento normativo y la eficiencia de los proyectos de IA. En este artículo te explicamos de forma clara y accesible qué diferencia a los datos reales de los sintéticos, cuándo conviene usar cada uno y por qué esta elección puede marcar la diferencia entre un modelo potente… o un experimento fallido.
Los datos reales son los que provienen de fuentes auténticas: registros de clientes, sensores industriales, historiales clínicos, correos electrónicos, clics de usuarios, etc. Representan el mundo tal como es, con todos sus matices. Son valiosos, pero también costosos de obtener, difíciles de compartir y, en muchos casos, altamente sensibles.
En cambio, los datos sintéticos son datos generados artificialmente mediante algoritmos. En lugar de ser recogidos de la realidad, se crean a través de modelos estadísticos o de inteligencia artificial que imitan el comportamiento de los datos reales. Su objetivo no es reflejar eventos específicos, sino conservar las propiedades estadísticas (como distribuciones, correlaciones o estructuras) de los datos originales, sin comprometer la privacidad ni necesitar permisos de acceso.
A medida que los modelos de IA se vuelven más potentes, también requieren más datos para entrenarse y validarse. Sin embargo, muchas veces estos datos:
Aquí es donde entran en juego los datos sintéticos. Gracias a los avances en algoritmos generativos —como las redes GAN— ahora es posible crear grandes volúmenes de datos con una apariencia estadísticamente realista, ideales para entrenamiento, testeo o simulación.
Protección de la privacidad: Permiten trabajar con datos similares a los reales sin exponer información personal o confidencial, facilitando el cumplimiento del RGPD y otras normativas.
Accesibilidad y escalabilidad: Son ideales cuando no se dispone de datos reales suficientes o cuando hay que simular escenarios extremos o poco frecuentes.
Reducción de costes y tiempos: Recoger, limpiar y etiquetar datos reales puede ser costoso. Los datos sintéticos se generan de forma automatizada y ajustada a las necesidades del modelo.
Mejora de la calidad del entrenamiento: Pueden usarse para equilibrar datasets, mitigar sesgos o enriquecer clases minoritarias en los datos reales.
Pese a su potencial, los datos sintéticos no son una solución mágica. Entre sus principales desafíos destacan:
A pesar de sus riesgos y costes, los datos reales siguen siendo el patrón oro para muchos casos. Ofrecen la máxima fidelidad y permiten captar comportamientos y relaciones que ningún algoritmo puede simular con total precisión.
No obstante, su uso implica responsabilidades: proteger la privacidad, asegurar el cumplimiento normativo, controlar el acceso y evitar el uso indebido. Además, no siempre están disponibles con la calidad o volumen necesario para escalar modelos modernos de IA. Además, puedes consultar el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea para conocer el marco legal que regula el tratamiento de datos personales en este contexto.
La elección entre datos reales y sintéticos no es excluyente. Lo más habitual (y recomendable) es adoptar una estrategia híbrida:
Por ejemplo, una empresa puede entrenar inicialmente un modelo con datos sintéticos generados a partir de casos históricos, y luego refinarlo con una pequeña muestra de datos reales anonimizados para asegurar que las predicciones funcionan en condiciones reales.
Los datos sintéticos están dejando de ser una curiosidad técnica para convertirse en una herramienta clave en la construcción de sistemas de IA más ágiles, escalables y respetuosos con la privacidad. No sustituyen totalmente a los datos reales, pero sí permiten avanzar más rápido y con menos fricciones en muchas etapas del desarrollo.
Saber cuándo y cómo utilizar cada tipo de datos será un factor decisivo para maximizar el valor de la inteligencia artificial en los próximos años. Elegir bien no es solo una cuestión técnica: es una decisión estratégica.
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